ACTO II
(El día es soleado en
la playa de Guayas)
Melquíades:
(Sonriente y feliz) ¡Don Guayamabe , Don Guayamabe, Don Guayamabe!
Guayamabe: (con un actitud prepotente,
vestido de blanco)¿Qué te sucede, por qué tanto escándalo?
Melquíades: Necesito que me de trabajo
en una de sus balsas.
Guayamabe: Sí, pero primero empezaras
por limpiarlas. Después ya veremos.
Melquíades: Si no hay de otra.
Guayamabe: Pos no, si no te gusta p´os
ni modo.
Melquíades: Sí, sí. Necesito plata p´a
casarme.
Guayamabe: ¿Y tu mujer dónde esta?
Melquíades: En Manabí
Guayamabe:
(Co un gesto de desaprobación) ¿En Manabí?
Melquíades:
(Dudando de su actuar) ¿Tiene algo de malo?
Guayamabe:
(Con sarcasmo) NO, no. Ahorita mando a
Badulaque p´a que te diga que vas
a hacer.
(Sale
Guayamabe gritando a Badulaque, quien entra silbando alegremente, característico
de su edad ; vestido con un pantalón corto demasiado gastado y una playera
vieja. Su tez quemada por el sol,
delgado y con apariencia humilde.)
Badulaque:¡Amigo
Melquíades! ¿Cuándo llegaste?
Melquíades:
Hoy en la madrugada.
Badulaque:
¿Qué estás haciendo hasta por acá?
Melquíades:
Vengo a trabajar pa juntar plata y poder casarme.
Badulaque : ¿Con la Andrea ?
Melquíades: Con esa mera.
Badulaque : ¿Dónde la dejaste?
Melquíades: En Manabí
Badulaque : Con sus tatas
Melquíades: P´os… sí … ¿Tiene algo de malo?
Badulaque:
Si tu tienes confianza en ella, no hay más que decir
Melquíades:
Ya no sé.
Badulaque:
Ándale te voy a enseñar lo que vas a hacer
Melquíades:
SÍ.
(Después de algún tiempo se encuentran en la playa,
es un día nublado, con un oleaje alto)
Badulaque:
¿Cómo estas?
Melquíades:
Bien, pero ¿Dónde andabas hace días que no te vi?
Badulaque:
Fui a Manabí
Melquíades:
(Ansioso) ¿Viste a la Andrea?
¿Le dijiste que aquí estoy? ¿Te preguntó de mí?
Badulaque:
( dudando y temeroso) Este… este… este...
Melquíades:
(Aun más angustiado por el silencio de Badulaque) ¿No puedes responder? o ¿No
la viste?
Badulaque:
(Con pena y tristeza) La verdad es que… pos la verda se que se fue con el
holgazán de Andrés… El
borrachín del pueblo; queque la enamoró
y se fueron juntos. Imagínate la vida que le espera.
Melquíades:
(Triste y con gran indignación) ¡Me las van apagar! ¿Quién te lo dijo?
Badulaque:
Me lo contó tu madre
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